El martes inicia el juicio por el crimen de «Checho» y «Minto» en Mercedes. Son nueve los acusados. Desde la querella se pedirá la máxima de prisión. La familia intenta retomar su vida aunque la falta de ambos se hace sentir día a día.
«Tengo el corazón destruido, perdí un hijo y a mi compañero de vida»
El martes inicia el juicio por el crimen de «Checho» y «Minto» en Mercedes. Son nueve los acusados. Desde la querella se pedirá la máxima de prisión. La familia intenta retomar su vida aunque la falta de ambos se hace sentir día a día.
El 6 de agosto de 2021 hubo dos muertes en el predio del Gauchito Gil, en la localidad correntina de Mercedes. Fue en manos de una «mafia» que manejaba el lugar. En el banquillo de los acusados estarán sentados nueve personas, hombres y mujeres, que participaron de la matanza de «Minto» y su hijo «Checho».
Sergio «Checho» Canteros de 33 años y su padre Julio Cesar «Minto» Canteros de 64 perdieron la vida tras ser golpeados y apuñalados por un grupo de personas, quienes intentaban tomar terrenos para colocar más puestos frente a la Cruz Gil. El hecho de sangre sucedió el 6 de agosto de 2021, y a pocos días de cumplirse un año, el caso llega a juicio. Iniciará el martes próximo en el Tribunal Oral Penal de Mercedes.
Nidia Caballero, madre de «Checho» y esposa de «Minto», habló con época a pocos días del inicio del juicio. «Siempre seguimos mal. Parece que todo pasó ayer. No es fácil continuar pero estamos de pie», comenzó su diálogo la mujer, quien a lo largo de la entrevista se quebró en varias oportunidades.
«Lo que pasó fue en un segundo y quedamos destrozados. Todo cambió en la familia. Perdí un hijo y a un compañero. Todos los domingos espero que llegue para el almuerzo», agregó.
Nidia vive con su hijo de 27 años y estos días recibió la visita de su hija, quien llegó de la capital provincial para acompañar en el juicio. Comentó que los fines de semana espera a sus nietos, los hijos de «Checho» de 2 y 11 años, porque durante la semana trabaja en una escuela.
Con la voz entrecortada narró cómo fue ese fatal día. «Mi marido me buscó de la escuela y vinimos a casa a merendar. Estaba hablando por teléfono con mi hija cuando llamó mi exnuera y dijo que estaban en peligro, que vayamos a su casa. No sabíamos qué pasó. Fuimos y al llegar me pidió que entre a ver a los chicos. El más grande miraba dibujitos mientras que el más chico dormía. Cuando salí me encontré con ese desastre. Fue horrible», relató la mujer.
«Vi cuando amarraron a mi marido, lo patearon y les grité que lo dejaran. Fui a verlo, lo levanté y estaba todo hincado. Pregunté por mi ‘Checho’ y me dijeron ‘allá está tirado’. Fui corriendo a verlo y tropecé con su cuerpo. También estaba cubierto de sangre, le hablé pero no respondió. Tenía fe que mi hijo iba a vivir. Sólo tenía 33 años, era muy querido en el pueblo. Estaba lleno de vida y de futuro. Grité «dónde está el Gauchito», en ese momento y le pregunté por qué no me dejó al menos a uno de ellos» dijo.
Tras reponerse de ese recuerdo, Nidia comentó que el 8 de agosto fue citada a declarar y pidió hacerlo sin la presencia de los «asesinos».
«Espero que le den una condena que se merezcan», agregó.
Agradeció a una psiquiatra que fue quien la sacó adelante y dijo que «me ponen fuerte mis nietos y ahora hace dos meses llegó una nietita que nos trajo más vida».
Por su parte Yésica Rodríguez, viuda de «Checho» y nuera de «Minto» dijo a época que espera tener fortaleza para enfrentar el juicio.
«Esperamos que tengan el máximo de las condenas, sabemos que hay cuatro personas que pueden tener perpetua» agregó.
Relató que los hijos se encuentran bien. «El más grande retomó las clases al poco tiempo de lo sucedido. Los ahorros se terminaron y volví a trabajar. Pero el hecho es hipertraumático, el vacío que nos dejaron las dos perdidas fue algo muy feo, pero igual seguimos con los chicos adelante. Tratamos de tener una vida normal» dijo Yésica.
La viuda prestará declaración el 5 de agosto y recordó que es parte querellante junto con un abogado.
Comentó que en varias oportunidades tras la tragedia «cruzó» a familiares de los acusados. «Da miedo porque siempre ando sola con mis hijos. Pero nada me dicen, la madre (Ramona Villalba) sólo baja su cabeza cuando me ve», señaló la mujer.