El intendente y el Gobernador compartieron el palco oficial, dos discursos con un pase de facturas pero no nos vamos a quedar con la foto “el momento que hicieron uso de la palabras” sino en la película que es una química llamativa.
Si uno toma los discursos y se queda con eso tiene la foto del momento, si uno se queda con la película se pudo apreciar que mas allá del trato institucional hubo buen dialogo, hubo un feelling más cercano de lo que uno esperaba.
Valdez llego al aeropuerto local pasadas las 9 de la mañana, y fue recibido por el intendente quien lo acompaño hasta el palco oficial, viajaron en el mismo auto, almorzaron junto a las escuelas rurales en el predio ferial.
Rompieron el hielo, compartieron mas palco del que uno presumía, lo más llamativo fue que una vez que terminaron los discursos siguieron con una charla que no parecía para nada tensa, y si damos por sentado que existe una grieta, esta grieta es mucho mas chica que la de años anteriores.
Ambos mandatarios al final del desfile descomprimieron con declaraciones a la prensa, de que este puede ser un año bisagra en la relación municipio-provincia.
Por: Héctor González
El gobernador Gustavo Valdés, junto a otras autoridades provinciales, participó ayer del acto oficial en conmemoración al 186º aniversario de la fundación de la ciudad de Mercedes.
Las actividades continuaron luego a las 15, en el anfiteatro municipal Julián Zini, donde se contó con la actuación de Zafiro, Los Cuñados; los grupos de danza Cruz de Papel y del taller de folclore municipal Nueva Querencia. En tanto que para cerrar la celebración con un broche de oro, alrededor de las 17.30, se apoderaron del escenario Los de Imaguaré.
En la oportunidad recordaron que la ciudad tomó su nombre en 1835 cuando fue puesta bajo la advocación de Nuestra Señora de las Mercedes, paraje que anteriormente era conocido como el Paiubre, como se indicó, que significa «el que más come de las entrañas», lo que aplicándose al río Corriente se interpretaría por «el que más se alimenta de sus aguas en su mismo interior». Esto se debe a que en su último atrincheramiento los indios guaraníes Caracarás, antiguos habitantes de la zona, se agruparon en Rincón de Aguaí, lugar que estaba bañado por el curso de agua que ellos llamaban paiubré, una de las tantas divisiones del caudaloso río Corriente.