Tres de los cinco imputados que llegaban como acusados al debate por el homicidio del productor yerbatero y ganadero misionero Héctor Sartori, ocurrido el 6 de diciembre de 2015 en su estancia correntina de Felipe Yofre, recibieron ayer la pena de prisión perpetua por parte de los miembros del Tribunal Oral Penal de Mercedes. Por Agustín Mazo
Se trata de Félix Amadeo Rosales, Aníbal Ramón Zygalzki y Alfredo José Alegre, a quienes se los encontró culplables de “homicidio con ensañamiento en concurso real con Homicidio en ocasión de robo.
Además de esta figura, en el caso de Rosales, también se lo halló culpable por portación ilegítima de arma de fuego agravada por registrar antecedentes penales.
Por otro lado, en referencia a los otros dos encartados: Raúl Alejandro Ibarra y Andrés Genes, recibieron penas de 7 y 10 años de prisión respectivamente ya que fueron acusados de “robo en despoblado y en banda en calidad de partícipe necesario”.
De acuerdo a lo expresado por fuentes que siguieron de cerca la última jornada del juicio, los magistrados Jorge Alberto Troncoso -presidente del debate- y sus pares Raúl Adolfo Silvero y Martín José Vega (subrogante legal) fallaron en unanimidad a la hora de decidir el futuro procesal de los acusados.
Además de las penas, optaron por no hacer lugar a los planteos de nulidad presentados por los abogados de Genes, Alegre, Rosales y Zygalzki, cuya defensa común estuvo a cargo de los doctores Andrés Gauna, Pedro Karam y Marcos Harispe.
Tampoco hicieron lugar a la solicitud de envío de testimonio a la Fiscalía de Instrucción por la posible comisión del delito de falso testimonio del testigo Oscar Cabral, peticionado por el defensor de Genes.
También se determinó que la Ford Transit que era utilizada por Sartori fuera entregada a sus familiares y se ordenó decomisar un Honda Civic, una Eco Sport y un Chevrolet Prisma involucrados en el hecho con su documentación pertinente.
Cabe destacar que la maratónica jornada comenzó a primera hora de la mañana con los alegatos de los abogados defensores y cuyas exposiciones finalizaron en horas de la siesta. Luego se pasó a un cuarto intermedio hasta las 18, cuando finalmente se conoció el veredicto de los jueces.
Todos los defensores, al momento de emitir sus alegados, solicitaron la absolución argumentando “insuficiencia probatoria”, a excepción de la abogada de Ibarra, María Alicia Colombi.
Es que a criterio de esta última se reconocían los hechos pero discrepaba con la calificación legal atribuida por ambas acusaciones a su cliente, asegurando que el rol que tuvo su defendido fue de “chofer y campana, afuera del lugar del delito que acordaron cometer (robo)” y que por ello debía ser condenado como partícipe secundario.
Cabe recordar que la querella había solicitado la pena de prisión perpetua para Zygalzki, Alegre y Rosales, 20 años para Genes y 8 para Ibarra. Mientras que la fiscalía compartió el criterio y solicitó idénticas penas para los cinco acusados.
Sorprendido en su chacra
El homicidio del empresario oriundo de Campo Grande fue cometido el domingo 6 de diciembre de 2015, en el interior de su estancia El Quebracho, ubicada sobre la ruta nacional 123, entre los kilómetros 77 y 78, en la zona rural de Felipe Yofre.
Un grupo de delincuentes irrumpió en el lugar y sorprendió a la víctima, quien se encontraba junto a un amigo y un menor de edad. Los malvivientes lograron reducir a todos los presentes bajo intimidaciones con armas de fuego y los maniataron de pies y manos con alambres.
Allí dieron inicio a una sesión de tortura extrema. Fue en esa instancia en que, al parecer, el empresario se resistió y recibió una feroz golpiza, la cual le desfiguró la cara, quebró el cráneo y terminó matando.
Cuando la Policía llegó al lugar, se encontró con el cuerpo de Sartori y, al recorrer el predio, dieron con otro cadáver que recién fue identificado un mes después.
Ese otro muerto resultó ser Juan Carlos Mieres, un carretista de Formosa que formaba parte del grupo asaltante y habría sido asesinado por accidente en medio de los forcejeos entre Sartori y los otros delincuentes.