Carlos Quiroz, un hombre de 34 años originario de Mercedes, Corrientes, se encuentra atravesando una dura situación desde hace más de un año, cuando sufrió graves consecuencias en su salud después de recibir la segunda dosis de la vacuna contra el COVID-19 de AstraZeneca.
Según relató Quiroz a LT7, todo comenzó a raíz de la aplicación de la segunda dosis de la vacuna en mayo de 2021. A los pocos días, empezó a experimentar calambres y debilidad en las piernas, síntomas que progresaron hasta la pérdida total de sensibilidad y función en las mismas, lo que derivó en un diagnóstico de mielitis transversa.
«Antes de la vacuna yo no tenía ningún problema, hacía mi vida normal. Además de trabajar de transportista, también era carpintero. Todos mis dramas surgieron después de la vacuna», contó Quiroz. Tras múltiples consultas, se determinó que la vacunación contra el COVID-19 era la única posible explicación de su condición.
A raíz de esto, hace aproximadamente un año, Quiroz inició una demanda contra el Ministerio de Salud. «Fui al hospital de Mercedes y me decían que era hernia de disco. Me hicieron masajes y estudios, pero no podían descubrir el punto de la hernia, así que fui a Corrientes y ahí detectaron que tenía mielitis transversa por efecto de la vacuna», relató.
La doctora que lo atendió desde un principio fue quien realizó la primera denuncia ante las autoridades. «Tras eso, me hicieron buscar un abogado y empecé con los trámites de la demanda. Hace un año que vengo con el tema del juicio, fue antes de que el laboratorio reconociera problemas», agregó Quiroz.
Actualmente, Quiroz se encuentra en silla de ruedas y dependiente de sus padres, ya que la cobertura médica que posee no le alcanza para cubrir los tratamientos que necesita. «Solo me queda hacer mucha rehabilitación, es todo lo que se puede hacer, según me dijo la doctora. Pero acá en Mercedes no hay lo que necesito para hacer los tratamientos de rehabilitación. Ese también es el objetivo de la demanda, conseguir fondos para poder hacer el tratamiento que necesito y poder depender un poco de mí mismo», expresó.
Además del duro impacto físico, Quiroz también debió lidiar con el abandono de su esposa tras quedar en silla de ruedas. «Me costó mucho asimilar que quedé en silla de ruedas. Gracias al apoyo de la familia pude salir un poco adelante. Pero también me costó, porque después de que quedé así, mi mujer me abandonó», relató con angustia.
Para poder colaborar con la situación de Carlos Quiroz, se pueden hacer donaciones a través del alias eusebia.740. Debido a su estado, el hombre no puede trabajar y no genera ingresos, por lo que los aportes serán de gran ayuda para cubrir gastos esenciales como pañales, medicamentos y tratamientos de rehabilitación.