Una imagen vale más que mil palabras…Bronca, impotencia, desazón. Arranca la crónica en las redes sociales y acompañado por fotos de cómo quedaron las instalaciones.
Cuánto cuesta mantener las instalaciones de un club de la mejor manera y bien presentadas para que puedan ser utilizadas no solo por los equipos que nos representan sino por todos los que juegan en la Liga Mercedeña.
El domingo se jugó el clásico barrial entre Villa y Castello y tras un fallo arbitral comenzaron las corridas, los insultos y el ingreso de un grupo de seguidores del Club Castello que rompieron parte del alambrado olímpico que da a la calle Buenos Aires.
Los inadaptados de siempre destruyeron hasta los pilares de hormigón que sostienen el tejido para poder invadir la cancha con el fin uno supone de agredir al árbitro algo que no sucedió por la intervención de las fuerzas policiales y de los propios jugadores de Castello.
Lo que debería haber sido una fiesta terminó opacándose por el mal accionar de unos pocos.
Ahora la pregunta es la siguiente: ¿Quién se hace cargo de los gastos? Cuanto tiempo demandará para que se arreglen los destrozos. Pasan los días, aún no hay respuesta, mientras tanto el fútbol se queda sin uno de los mejores estadios que tiene la ciudad y el equipo de primera sin poder actuar de local.
Es hora de que los responsables cumplan y solucionen a corto plazo el problema ocasionado.